Es triste pero cierto: a menudo somos nuestros peores críticos. Rara vez podemos ser amables con nosotros mismos. A esa voz en nuestra cabeza le encanta regañarnos sobre cómo podríamos haber hecho algo mejor.
Es hora de silenciar esa voz y dejar de castigarte. Debes comprender que, en efecto, hiciste lo mejor que pudiste y que siempre te esforzarás por hacerlo.
¿Necesitas ayuda para ser amable contigo mismo? llamar a sasha ¡hoy dia!