¿Estás descubriendo que una parte de ti anhela un cambio positivo en tu vida mientras que otra siente el deseo de mantener las cosas igual? Lo creas o no, hay una parte de nosotros que prefiere lo negativo conocido a lo desconocido. Eso es porque el cambio puede ser muy aterrador para nuestras mentes. Nuestras mentes pueden ver el cambio como un riesgo para nuestra estabilidad y bienestar. Esa incongruencia mental puede hacer que no sepas qué dirección tomar y qué hacer. Es posible que descubras que te hace sentir congelado, incapaz de tomar decisiones y seguir adelante. Todo el mundo pasa por estos momentos. Es parte de la experiencia humana.
La agitación interna que acabo de describir es parte del proceso de cambio. En lugar de tratar de disminuir lo que estás sintiendo o tratar de detenerlo por completo, vive el momento y mira hacia adentro para comprender mejor de dónde viene. Escucha lo que tu yo superior te está pidiendo. Para algunos, ese momento ajá podría llegar más temprano que tarde. Para otros, es más un proceso. Independientemente de cuál estés experimentando, se valiente y audaz al descubrir qué es lo mejor para ti. Una vez que tengas esa claridad, puedes tomar una decisión y luego tomar medidas al respecto.
Ve el cambio como un catalizador para que sucedan cosas buenas en tu vida. Es solo a través del cambio que todos los humanos pueden crecer y alcanzar su máximo potencial. Al cambiar de marcha, te abres a nuevas y grandiosas experiencias que incluyen nuevas amistades, amor, éxito profesional y satisfacción general. En resumen, te abres a un mundo de posibilidades.
Recuerda que la única persona que puede hacer lo que necesitas que haga por ti eres tú, así que asegúrate de contar contigo mismo cuando te encuentres listo para el cambio.
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