¡Supermamá!. La vida de una madre es similar a la de un superhéroe de Marvel. Es una vida libre de ego que consiste en dar, amar y dar más aún. Estamos siempre de guardia, listas para pasar nuestros límites y mover montañas con el fin de cuidar a nuestros pequeños.
Yo sé que en mi caso, desde que mi hijo nació, ahora tengo audición supersónica. No importa que su dormitorio no esté directamente pegado al nuestro. En el momento en que comienza a hacer algún sonido, mis oídos de murciélago pueden oírlo. En las pocas ocasiones en que, por la buena gracia de Dios, he conseguido alejarme para ir al Target a comprar, descubrí que en el momento en que un niño empezaba a llorar, mis oídos se agudizaban y pensaba: ¿Dónde estás? para recordar después que ese no era mi hijo.
Nosotras las mamás salvamos el día, todos los días, logrando hacer malabarismos con todo, a pesar de que a menudo sentimos que no estamos haciendo lo suficiente. Entre todo lo que hacemos: la atención individual que tenemos que dar a cada niño, cuidar un hogar: cocinar, limpiar y luego limpiar un poco más, lavar la ropa, enseñar, disciplinar y asegurarnos de están cuidados y los recados. Añadir una carrera a la mezcla y en ocasiones te puedes sentir como si estuvieras fallando porque apenas se hace todo.
En realidad, es lo mejor que se podría hacer teniendo en cuenta todo lo que está pasando. Incluso cuando tenemos a alguien que nos ayuda a hacer algunas cosas, seguimos sin tener tiempo extra. No tiene sentido, pero con los niños, así es.
¡Este broche es una celebración de todas las madres que pelean la buena batalla día y noche!
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