Nunca personalices los malos comportamientos de otras personas. Mantente en tu poder y recuerda que mereces ser tratado con respeto. Cualquier persona que es incapaz de eso tiene problemas.
Es importante tener límites. Entonces, por ejemplo, no dejes que las palabras de otra persona te lastimen o, peor aún, se conviertan en parte de cómo te ves a ti mismo. Ahora eso sería una tragedia.